Estilos de comunicación
Los estilos de comunicación son los patrones que surgen en la interacción. Estos patrones son el resultado de los elementos verbales (el mensaje), no verbales (gestos, miradas, movimientos…) y paraverbales (tono, velocidad, pausas, énfasis…) de la comunicación. Determinan la manera de intercambiar la información con los demás. Aunque haya varias maneras de clasificar los estilos de comunicación, las siguientes formas son los elementales:
- Agresivo: se emplea cuando alguien pretende llevar la razón por encima del resto de personas. Así, pone su opinión por encima de cualquiera, no teniendo en cuenta los deseos ajenos. Impone sus ideas y emociones ante todo y está enfocada a ganar. Este tipo de comunicación genera violencia, utilizando quejas, reproches y gritos.
- Pasivo: se utiliza cuando una persona no es capaz de exponer lo que siente. No aporta ideas concretas y no se comunica con claridad. Obedece a las necesidades de los demás, descuidando las suyas. Nunca muestra la contraria, ya que evita los enfrentamientos y tomar decisiones.
- Asertivo: se usa para expresar ideas, sentimientos y necesidades de forma directa, segura y honesta. Esta forma de comunicación muestra empatía y respeto hacia otras personas. Son claros a la hora de hablar y se expresan sin ofender a nadie. Saben manejar adecuadamente las situaciones a fin de no generar conflicto.
¿Cómo trabajar la comunicación asertiva?
- Mantener la escucha activa: se trata de un comportamiento proactivo para poder comprender a la otra persona. Mediante la escucha activa se logra la empatía, es decir, la comprensión afectiva y emocional de la realidad de otra persona.
- Dejar el mensaje claro: es comunicar de forma sencilla y directa, dejando de lado las justificaciones y las redundancias. La asertividad consiste en expresar nuestra opinión y saber aceptar la de los demás.
- Hablar en primera persona: para mostrar nuestras ideas, sentimientos y preocupaciones. De esta manera, la persona con la que nos comunicamos puede recibir nuestro mensaje de forma tranquila y sin sentirse atacado.
- Atender el lenguaje corporal: hace referencia a poner el foco en la postura, los gestos, el tono, los movimientos que usamos cuando hablamos con alguien. A veces se nos olvida que no solo nos comunicamos verbalmente sino que la comunicación no verbal también habla de nuestra parte.
- Aprender a decir «no»: es poner límites para atender las propias necesidades, siempre y cuando se haga de forma respetuosa. De igual manera de saber acepta un «no» como respuesta.
- Buscar un equilibrio: siempre hay puntos en común, intentar encontrarlos es una manera de negociar y de que todas las partes sean las ganadoras. La comunicación asertiva deja de lado las confrontaciones, proponiendo una alternativa que sea beneficiosa para todos.
A veces nos puede resultar complicado, pero piensa en los beneficios y en tu bienestar y/o en la imagen de tu marca.
Respetémonos y vivamos en equilibrio. ¿No te parece?